lunes, 24 de marzo de 2014

Where Dreams Come True

Los sueños se hacen realidad con el paso del tiempo y con la voluntad de querer. El momento, el ahora, el Carpe Diem, que olvidamos con frecuencia, debería estar más presente a cada hora. Hace poco fue la muerte de Adolfo Suárez (23 de marzo de 2014), el primer presidente de la democracia en España, la que me hizo reflexionar sobre la vida efímera que todos tenemos, pero me hubiese valido cualquier muerte para recordar que no estaré aquí siempre y que debo hacer y pensar ciertas cosas antes de que siga avanzando la vida. ¿Por qué pensamos en aprovechar el poco tiempo que tenemos cuando vemos la muerte de alguien cercano a nuestra vera?
Deberíamos vivir en el mundo donde los sueños se hacen realidad con el simple chasquido de los dedos o en el que podamos pedir lo que queramos a un genio mágico que hará cumplir todos nuestros deseos.  Para formar parte de este mundo tan especial, que nos servirá para morir con el deber cumplido, hay que dejar fuera el egoísmo. La frecuencia con la que nos miramos el ombligo y atendemos a todas nuestras propiedades y joyas dificulta nuestra capacidad para dedicarnos a ser felices. No bastante con intentarlo una vez al mes. No basta con olvidar lo material una vez cada mil días o ni siquiera una vez al día. La constancia en la búsqueda where dreams come true está en nuestra mente día a día, en nuestra capacidad de detentar la alegría frente a la pena, la riqueza del espíritu frente a la agonía y la pobreza de los valores sociales. El ¿dónde? ¿cuándo?, ¿cómo?, ¿qué? y ¿por qué? resumido con un simple AHORA.

Puerta de entrada a Walt Disney World en Orlando, Florida. 

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